EDITORIAL

“No la veo, ni la siento”

Por Jorge Dell¨Oro / Arena Pública Consultores

27.11.25

No me estoy refiriendo a un exitoso spot de la década de los 80, donde el gran actor Norman Briski presentaba una nueva hoja de afeitar, que mientras se afeitaba exclamaba, “No la veo, ni la siento”.  Es que al analizar los resultados del Global Intangible Finance Tracker (GIFT™) 2025: el valor de los intangibles crece un 23% y consolidan su liderazgo en la economía mundial, me recordó a ese comercial tan popular y disruptivo para esa época.  

Es una de las investigaciones más completas, en la que se valora a 72.500 empresas en 150 países y 29 sectores, donde se analiza información financiera pública, datos de mercado y la metodología propia de Brand Finance para calcular el valor empresarial y deducir el valor intangible implícito.

La economía del siglo XXI, prioriza a  los activos más valiosos de una organización que no son los metros cuadrados, maquinaria o inventarios. Los intangibles se construyen fundamentalmente con confianza, por ello las ideas, relaciones y el conocimiento, pasaron a ser esenciales. 

El GIFT 2025  confirma esta transformación, los activos intangibles, se refiere a todo aquello que no puede ser percibido claramente por los sentidos ( es un conjunto de normas, sentimientos y emociones) que son hoy el principal motor de creación de valor en las empresas y, además, el área donde se requiere mayor formación, gestión estratégica y transparencia.

Las empresas líderes deben tomar como parte de su profesionalización desde la Dirección de Asuntos Públicos y hacer estudios que permitan en la toma de decisiones,  medir la contribución al negocio y de qué forma reportan más transparente sus intangibles.                                                                          

Dice Saint – Exupéry  en ”El Principito”, ”Lo esencial es invisible a los ojos»  y significa que el verdadero valor de las cosas, como el amor, la amistad y la esencia de una persona, no se puede percibir a través de lo superficial o la vista, sino que se siente y se comprende a través del corazón y de una percepción más profunda.                       

Es la forma que las empresas deben adoptar para acercarse de modo positivo a la opinión pública, de una manera más humana, que solo mostrando el EBITDA. Parafraseando al ex ministro Juan Carlos Pugliese: “Les hable con el corazón y me contestaron con el bolsillo”.

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